¿Quieren un hueso o perdieron un hueso?
¿Quieren un hueso o perdieron un hueso? En los últimos años, El Salvador ha atravesado una transformación profunda. No es un secreto que el país hoy camina hacia un rumbo distinto, con más seguridad, desarrollo y oportunidades para todos. Pero, al mismo tiempo, hemos visto surgir un fenómeno curioso, incluso predecible: personas que antes tuvieron algún tipo de relación con el gobierno —ya sea porque trabajaban directamente en instituciones, colaboraban como asesores o simplemente se beneficiaban del sistema anterior— hoy son los que más critican los avances que estamos logrando. ¿Por qué tanto ruido? Muchos de esos críticos no están motivados por el bien común ni por el deseo de que El Salvador mejore, sino por una razón muy simple: perdieron un “hueso”. Es decir, perdieron privilegios, contratos, influencias o trabajos que quizás no se ganaron por mérito, sino por compadrazgo o favores políticos. Y luego están los otros: los que “quieren un hueso”. Aquellos que, al no poder obt...